Tan blanco como la leche. En muchas ocasiones he escuchado este símil refranero. Pero en ninguna ocasión me ha parecido más apropiado utilizarle que como en esta. Quizá sea porque el fotomural que viste el cabecero de la cama es una imagen de leche cayendo.
Si te gustan las cosas sencillas, relajantes y nada ostentosas, este dormitorio es especial para ti. Los muebles son de líneas rectas, blancos, visualmente muy ligeros. La cama de líneas depuradas blanca encaja perfectamente en el ambiente, el fotomural de leche cayendo ofrece una sensación de extrema lentitud que hace que casi se pare el tiempo, y las dos lámparas con forma de gotas blancas combinan perfectamente sin destacar. Es un dormitorio que destaca por la ausencia de objetos destacables.
Ligero, simple (a su manera), relajante, minimalista y moderno. ¿Te gusta este estilo? ¡Toma ideas!