Para hacer un muro de pavés, vamos a necesitar:
Un nivel. (10€)
Cola especial para pegar pavés. (5€ el saco de 25 Kg)
Varillas de hierro (depende del tamaño del muro).
Pavés. (8-9€ aproximadamente cada ladrillo.)
Paleta de albañil. (15€)
Crucetas separadoras de plástico. (2€)
Un metro. (5€)
Lo primero es tomar las medidas en donde vamos a poner el pavés para levantar el muro recto tanto vertical como horizontalmente. Haremos una línea recta en el suelo en el lugar en donde queramos levantar el muro, ya bien sea con azulete, con la bota de marcar, con un regle y un lápiz o con una guía, la línea va a ser la que nos va a guiar para poner la primera fila de pavés.
Una vez todo medido y marcado para que el muro se levante recto, echamos justo a un lado de la línea que hemos marcado pasta para pegar pavés y digo justo al lado porque si la echáramos encima taparíamos la linea.
Cogemos el primer ladrillo y lo pegamos de tal forma que quede alineada la cara del ladrillo con la línea que hicimos en el suelo, cogemos otro ladrillo y echamos pasta en el lateral en donde va a juntarse con el ladrillo ya puesto y lo ponemos igual que el otro, alineado con la línea del suelo.
Para asegurar su verticalidad cogemos el nivel y se lo ponemos para que nos diga si está torcido o no, la forma de poner el nivel es en vertical, y dependiendo de lo que nos diga el nivel moveremos el ladrillo o no.
Si queda algo de hueco entre ladrillo y ladrillo hay que rellénarlo todo completamente con pasta. Haremos así hasta que esté la primera fila puesta. La primera fila tiene que estar completamente alineada con la línea que hicimos en el suelo y con el nivel nos vamos asegurando su verticalidad, de esta forma el muro lo levantaremos recto.
Si el muro es pequeño digamos de 1 metro de altura por 2 metros de ancho no hace falta colocar varillas de hierro entre fila y fila aunque si es aconsejable.
Cuando esté seca la primera fila, echamos pasta directamente sobre la parte superior del pavés de la primera fila, hacemos una línea de pasta y encima de esa línea pegamos la segunda fila de pavés. Si el muro es muy grande primero ponemos una varilla y encima de la varilla echamos la pasta. Con el nivel nos vamos asegurando de que valla correctamente colocado cada ladrillo y como la primera fila la pusimos sobre una línea recta y colocamos el pavés con el nivel correctamente, la segunda fila es más fácil de poner, solamente haremos unas correcciones con el nivel cuando haga falta.
Entre fila y fila debemos dejar mínimo 1 centímetro de espacio entre pavés y pavés que irá rellenado con pasta, y ese centímetro lo tenemos que dejar tanto en vertical como en horizontal, venden unas separaciones de plástico para poner y hacernos la tarea mucho más fácil, son como una especie de crucetas de plástico.
Iremos poniendo filas de pavés hasta que este el muro terminado. Hay que tener en cuenta que el pavés es un ladrillo de cristal y que tarda más en secar la pasta pues el cristal no tiene la capacidad de absorción de un ladrillo de cerámica y que hasta que una fila no está seca y tiene suficiente fuerza para aguantar el peso de otra fila no pondremos más ladrillos, y acordaros que entre fila y fila si el muro es grande hay que ponerle una varilla.
Para limpiarlo cogemos una esponja y agua y vamos retirando la posible pasta que se haya podido quedar en el cristal y al mismo tiempo vamos lavando la pasta y dejándola igualada.
A las varillas es aconsejable imprimarlas con minio antioxidante antes de ponerlas. Así que tendremos las varillas ya pintadas de minio y preparadas.
Los materiales como el pavés y el mortero para poner pavés, las varillas, el nivel, las guías, y las crucetas se compran en cualquier almacén de construcción, incluso en el leroy merlin seguramente tengan.