Dado que en la mayoría de casos, el baño y la cocina de los pisos están alicatados con azulejos, no es de extrañar que se rompa alguno.
Bien puede ser que se haya roto alguno por una punta por estar mal pegada, o que al hacer un agujero en el baño o la cocina con un taladro para colgar alguna balda, repisa o estantería nos hayamos cargado un azulejo.
Bien, la solución es sencilla. Lo más importante es que tengamos azulejos iguales.
Primer paso:
Sacar el azulejo roto de su sitio. Para hacerlo debemos agujerear el azulejo con mucho cuidado de no romper ni astillar los de al lado con un taladro para debilitar su fijación a la pared. Luego ayudándonos con una espátula o con un martillo y un cincel retiramos el resto con mucho cuidado.
Segundo paso:
Una vez retirada la pieza rota, con una espátula limpiamos toda la lechada para dejar el hueco libre completamente.
Tercer paso:
Ahora pegamos el azulejo. Para hacerlo se puede hacer con cola o con pegamento. Nosotros recomendamos lo segundo por su sencillez. El pegamento que tenemos que comprar es pegamento especial para pegar baldosas o azulejos.
Antes de echarle el pegamento, hacemos una prueba con la pieza nueva haber si encaja en el hueco. Una vez nos hemos cerciorado de que la pieza encaja perfectamente, echamos un pegote en cada punta de la pieza rota y otro pegote en el centro y la pegamos apretando suavemente hasta dejarla al mismo nivel que las demás.
Si nos pasáramos y la dejáramos más baja, habría que sacarla y volver a echarle más pegamento. Nunca
pongáis nada duro debajo como un trozo de cartón o un trozo de madera o piedra para calzarla, pues seguramente se rompería. Solo echarle pegamento.
Cuarto paso:
Lechar la pieza. Hacemos un poquito de lechada del mismo color que la que ya está y lechamos ese azulejo ayudándonos de una llana de goma o un limpiacristales de goma. Limpiamos la lechada con una esponja y agua y listo, ya tenemos el azulejo roto cambiado.
